Ese Viento del Norte en forma de Moño
Solté mis cabellos marítimos hasta la cintura,
sin horquillas ni cintas que recogiesen sus giros.
Tan sólo la brisa del sur jugaba con ellos,
formando nidales o palacios de juguete,
que miraban los niños paseando por la playa.
Pero avanzó de costado el viento del norte,
y deshizo mi vuelo en el tobogán de los sueños
al reclamarme la frente con su forma de moño.
Y se fueron los niños a soñar en los barcos
y las aves se alejaron hacia la mar encrespada.
Y me quedé solitaria desecando mis peces.
Soledad Cavero
poeta y dramaturga madrileña
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